Un cuento en defensa de los animales


Es lo que dicie Russell Simoni en su web:

"El libro trata indirectamente el tema del veganismo y el de los derechos de los animales. Y además otros temas que importan. Es la historia de una niña con rastas y piel morena, y de su gata adoptada Fada, y del perro Pito, y de sus amig@s, y su abuelita… y de lo poco que somos capaces de ver los adult@s".

Y lo ilustra con este dibujo de activismo y liberación animal, en una granja/campo de concentración de gallinas.

Dora soñadora

Más información en el blog gatoporlibre.blogspot.com

Zaragoza , 2009
ISBN: 9788493502577
AUTOR: Chema Lera
COLECCIÓN: Álbum Ilustrado
TEMA: Infantil
PRECIO: 16,00 €
Gatos y gatas del mundo entero sueñan con trepar hasta la luna...pero no todos lo consiguen. Esta es una historia de sueños, de amor a los animales y de amistad, en la que sólo quienes crean en los sueños podrán ayudar a Dora y a Fada.
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Fada, la gata de Dora soñadora. Reseñas y secretos.

La gatita de Dora, Fada, en el papel y en la ventana. ¿A que se parecen? Pues voy a contar un secreto: en realidad, este modelo es "el ", no "ella". Se llama Trigo. Tanto él, como Lluvia, como Ara, y algun@s más que cito en el libro, posaron muchas veces mientras dibujaba Dora soñadora. Es lo que tiene el mundo de los animales no humanos, que hasta en eso nos aventajan: a primera vista no hay discriminación. Fada tiene un poco de todos los gat@s que nos rodean, sean "chicas o chicos".

Por cierto, que Myriam Martínez eligió este mismo dibujo de Fada para ilustrar la entrevista que publicó en el Diario del Altoaragón el pasado domingo, junto con uno de los que más me gustan de Dora. Os pongo aquí una imagen para que veáis qué bonita quedó la maquetación de la página.
Este dibujo de Fada con el que se cierra el libro tiene su "pequeña" historia: en Nueigüena me regalaron un precioso cuaderno de bocetos. Los cuadernos son una de mis debilidades, tengo cientos, pero nunca enteros, porque voy arrancando hojas conforme las voy usando. Los bocetos son como las hojas de los árboles. Casi todos duran una estación, menos algunos, que se hacen perennes. Es lo que le ha ocurrido a este dibujo que empezó siendo un boceto para probar pinturas, tonos y texturas, y terminó inmortalizado en una de las últimas hojas del libro de Dora soñadora.
Poco a poco, el libro va incorporándose a otras vidas. Esto es algo mágico, a veces me entra una especie de vértigo cuando me imagino a un niño que no conozco, sentado en la alfombra de su casa, contemplando en el libro un dibujo que comenzó a existir en la mesa de mi estudio...

Dora y Fada también eligen vivir en otros blogs de amig@s generos@s que hablan del libro. Luisa Covelo le dedicó una sentida y completa reseña en su interesante blog cultural Mi estrella en la eternidad. Me escribió para decirme que había puesto este granito de arena en el mar de sueños que Dora iba compartiendo con los lectores. ¡Gracias, Luisa, de parte de Dora y de Fada!

Y para terminar este paseo, en el portal de actualidad Redaragón, de El Periódico, que desde hace ya algunos años sacan adelante Rubén y Pablo Pamplona, también ha encontrado un hueco Dora soñadora. ¡Gracias!:
Actualizado el 20/12/2010

María, a quien solo conozco por su trabajo como redactora en una página de la que ya soy lector permanente -o viajero camino del oasis (si la visitáis sabréis por qué lo digo)- ha escrito esta reseña con palabras tecleadas directamente desde el corazón, ¡gracias!
Su página se llama Sólo mirar: El Bazar de Najmah.



Dibujando al calor del fuego

Vuelven la nieve y los recuerdos. Hemos encendido el fuego y parece que reiniciamos el ciclo... como cuando dibujaba Dora soñadora en el rincón junto al hogar, ahora hará casi un año.


Nos empeñamos en vivir a plazos y así nos vamos comiendo el tiempo. En un mes tal o cual aniversario, en una semana, el finde, en un año, la Navidad... y vuelta a empezar. La sociedad nos obliga a compartimentar nuestra vida.

¿Por qué no dejamos de contar de una vez por todas los días, los meses o los años y permitimos que el eterno péndulo de la naturaleza nos acune mientras vivimos? Porque, ¿cuánto dura el instante de una lectura junto al fuego, con un gato en el regazo? ¿Cuánto tarda en tornarse roja la hoja verde de la parra otoñal?¿Tienen tiempo los pensamientos?