Un mundo más lento

Hay lugares llenos de calma, lugares en los que la lentitud parece modificar el tiempo.
Allí, los autobuses nunca salen hasta que todos los asientos están ocupados,
sus habitantes se mueven tan sólo para no perder la sombra de su árbol,
las cenas se preparan justo cuando el último rayo de sol ha desaparecido tras la colina
y nadie se acuesta hasta que la última de las sabias ancianas ha contado la última de sus sabias historias bajo el farol rodeado de mariposas nocturnas.

Hay lugares en los que incluso el agua del río parece discurrir más despacio, dibujando caminos inesperados en sus reflejos.