Nos gusta este libro

Tercera Edición del Breve Inventario de Seres Mitológicos, Fantásticos y Misteriosos de Aragón, en el que sale la palabra Gato -todo lo que sufrieron los pobrecicos en esa época en que fueron identificados con la brujería- con la nueva acepción de "Gatos calabaceros".

El gato en el dibujo completo


Aquí aparece el gato que adelantamos hace días dentro de la ilustración completa que ha sido portada de la revista De Libros.

Gatos e ilustradores aragoneses 2

Como se recoge en el blog Ilustratessen, en muy poco tiempo terminé mi dibujo para el proyecto del libro viajero de ilustradores aragoneses y ya pasé el testigo a Ana Lartitegui (con quien hablamos un rato de ilustración, claro, pero también de gatos y de gatas, porque como Ana dijo, prácticamente todos los ilustradores tenemos un gato). Uno de los míos, Roldán, certificó que había terminado la ilustración. Antes, él mismo supervisó y aprobó el boceto, como se puede ver en esta otra foto:

Gatos e ilustradores aragoneses


Os presento a Diaple, gato negro, ojos de miles de verdes en forma de estrella, pelo abundante y fuerte personalidad. El fue el encargado de supervisar la llegada del Ilustratessen, un libro de hojas blancas que está siendo ilustrado por 41 ilustradores aragoneses. Por fin llegó a mis manos, después de las dificultades fundamentalmente veraniegas, supongo, para hacer el intercambio en Huesca desde Peñíscola, nada menos, pasando por Monzón. Conmigo el libro viajero abandonará Huesca para ir en busca de los ilustradores maños, empezando por Ana Lartitegui.

Piropos felinos


Ya hemos terminado 0tra ilustración en la que aparece un gato rojo como mis hermanos Zipi y Tonsu. Bueno, y ahora también como mis sobrinos Culibilla y Sherkán (nombre provisional). Para celebrarlo, esta cita de Doris Lessing, que quizá aún se queda un poquito corta para lo que nos merecemos:

Booniiitooo gato! ¡Delicioso gato! ¡Exquisito gato! ¡Gato de satén! ¡Gato suave como una lechuza, gato con patas de mariposa nocturna, gato enjoyado, milagro de gato! Gato, gato, gato, gato."

(Doris Lessing. "Gatos muy distinguidos". Barcelona, 1986. Editorial Laia. Página 49)

El mundo de los tejados y una vieja leyenda de una gata


Cuando un gatito se va, no muere, trepa -juega que te juega- hasta los tejados azules, los más altos del universo, situados justo al lado de la luna, y allí se encuentra con los que ya han llegado, y muchos de ellos maullan en recuerdo de sus humanos que los quisieron.
Hice este dibujo desde el balcón. Se trata de una gatita tricolor vecina nuestra, por eso os voy a contar, con mis palabras, una vieja leyenda tibetana.
Tanto el dibujo como la historia están dedicados a Viky y a Coty, que tienen unos enormes corazones y ahora están tristes.
UNA LEYENDA TIBETANA
Hace mucho tiempo, en un monasterio del Tibet, una comunidad de monjes discutía sin cesar acerca de cuestiones religiosas y teológicas: no se ponían de acuerdo sobre el sentido de la muerte, ni sobre el cometido de la humanidad, ni acerca del porqué los hombres seguían rezando a los dioses en medio de tantas calamidades como existían en el mundo, fuera de aquellos muros donde debería haber reinado la paz y la serenidad. Parecían no escucharse, tan sólo hablaban y hablaban exponiendo sus razones, convencidos de ser los únicos poseedores de la verdad, enfrentados unos contra otros.
El más anciano de ellos creyó que había llegado el momento de la meditación. Pidió que iniciaran un ayuno de tres días con el fin de apaciguar los espíritus y conducirlos hacia la unión de las mentes y las personas. Al cabo de este tiempo, tras la puerta del monasterio, encontraron un cesto toscamente tejido.
Bajo unas ropas algo se removía. Lo llevaron dentro. Se trataba de una gata, una gata menuda con el pelaje tricolor, que amamantaba a dos gatitas. Al ver a aquellos hombres vestidos con túnicas en torno a ella, tan sólo abrió aún más los ojos redondos y verdes, algo temerosa, pero sin dejar de amamantar a sus hijas.
Fué acomodada en una cálida estancia del interior y todos pensaron que era una señal. Desde la llegada de la pequeña familia, los monjes no cesaban de hablar entre ellos, alabando la dedicación maternal de aquel pequeño ser, comentando la belleza y la perfección de los seres de la naturaleza, coincidiendo en valorar lo atinado del instinto maternal de la gata. Quedaron tan impresionados por los cuidados que procuraba a sus pequeños, que olvidaron sus discusiones y sólo tenían palabras para las bondades de su gata tricolor. Por eso, a instancias del anciano monje, decidieron dedicar otros tres día a meditar sobre tan oportuno hallazgo, que parecía señalar el camino para el regreso de la concordia.
Pasó el tiempo acordado y el más joven de los monjes, casi un recién llegado, se presentó ante el maestro.
-Creo que he hallado el secreto de esta familia de gatos- le dijo, no sin cierta timidez.
El anciano contempló un momento en silencio al joven. Pensó que quizá se habría dejado llevar por su ímpetu juvenil y su inexperiencia. Extendió las manos hacia él y con una breve sonrisa le respondió:
-¿Vas a decírmelo?¿Me contarás cuál es la razón por la que todos nos hemos serenado?
Y animado por la actitud del maestro, el joven contestó con convicción y le contó el conocimiento al que había llegado al término de su meditar:
-La madre gata tiene tres colores. Dos de ellos son el negro y el blanco, el ying y el yang, son los opuestos, somos nosotros y nuestros contrarios. Pero existe un tercer color que los une: es el color de la tierra, naranja y ocre, el de los caminos y las montañas, el del adobe de las casas y el de los tejados, el del barro y la madera. Así podemos nosotros unirnos, porque vivimos sobre la misma tierra, en ella y gracias a ella, los tres colores tejiendo un hermoso pelaje, haciendo que nuestras diferencias se integren gracias al tercer color.
Quedó en silencio el anciano. Tan solo bajó su mirada, cogió una taza, y compartió su té con el discípulo joven. Emocionado por el gesto, lloraba quedamente.
Apenas un sorbo de té quedaba para terminar cuando el maestro llevó su mano hasta la frente del muchacho para decirle:
-Hay tres animales en la misma cesta. Los tres son hembras. ¿Tiene esto algún significado para tí?
Cayó postrado el monje ante su maestro, porque también tenía una respuesta para aquello, unas palabras que pugnaban por salir de su boca, y él no sabía si debía dejarse llevar por el orgullo de la sabiduría. Al fin, se expresó en voz muy baja:
-Tú y yo somos diferentes, una gran distancia nos separa por todo lo que tú has vivido y pensado antes que yo... pero sin embargo, tenemos algo en común: ni tú, ni yo, ni ninguno de los que estamos aquí, somos portadores de un maravilloso don, ni lo seremos nunca. En cambio, la gata menuda, y sus pequeñas criaturas, sí lo poseen. Ellas, como la mujer, tienen el don de la vida, son portadoras del cambio, de la mutación, de la regeneración, del futuro, de la esperanza. Nosotros, maestro, nosotros sólo somos lo que permanece.
El anciano monje retiró lentamente la mano que había mantenido sobre la frente del discípulo y la llevó hacia sus propios ojos para recoger las lágrimas que ahora eran suyas. Se retiró sin añadir nada más.
Aún amanecía cuando el venerable maestro acarició levemente la cabeza de la gata que dormía enroscada con sus bebés. Después, abandonó el monasterio encomendándolo al cuidado del joven y sabio monje, y se encaminó hacia las montañas más altas.

Morfeo


Morfeo es el papá de Gato Pu y de Gata Ar. Una noche de tormenta, desapareció. Este dibujo se lo regalé a Isamar hace dos años.

Solo estando


A veces solo estando al lado es más que suficiente.

¿Qué somos los gatos?


"Dicen que el pez es agua encarnada, la forma misma del agua, el gato es, entonces, el diagrama del aire, su dibujo más sutil".
(Doris Lessing. "Gatos muy distinguidos". Barcelona, 1986. Editorial Laia. Página 49)

Bocetos de Zipi y Tonsu en el balcón al atardecer.

Gatos y cuentos a patadas: el proceso


Me han pedido mis gatos que os cuente cómo hago una ilustración, por ejemplo, las últimas que se han publicado en el libro Cuentos a patadas, para el relato de Javier Tomeo "Acordarse y recordar".

Pues señor, todo empezó una mañana bajo el agua... Mejor lo explico de otra manera. Veréis. Por lo general, cuando tengo que empezar un dibujo, las primeras ideas las tengo en la ducha. Debe de ser que el agua me despeja, las imágenes que pueblan mi cabeza se van escurriendo gotas abajo y cuando me seco con la toalla solo quedan las más agarradas al cerebro. Allí ya empiezo a atisbar por dónde iran los tiros, digo los trazos. Y entonces hago tres o cuatro rayujos en el cuaderno pequeño.

Después procuro pasar ratos sentado en mi sillón de soñar, un viejo orejero que perteneció a mi bisabuelo, con una tapicería de flores y agujeros hechos por uñas de gato. Por cierto que es en este momento cuando aparecen ya mis amig@s gatos y se van acomodando a mi alrededor. Parecen quedarse medio dormidos, pero sólo lo parece. Sus cerebros de gatos que ha vivido tantas vidas y han recibido inspiración divina de Bastet y de otros dioses antiguos, no deja de funcionar. Yo creo que son ellos los que me dan las mejores ideas por telepatía, en este caso, telegatía. Y si no, mirad estos ojos de doña Bru recostada sobre la funda de mis pinceles, ¿a que véis miles de misterios en esos luceros verdes?





Después de la ducha y del sillón, vienen los sudores del trabajo. Me pongo con los bocetos a color, hasta que me decido por uno, y con la inercia ya pillada, al tablero de dibujo, preparar el papel humedecido, pegarlo con cinta de carrocero, otra vez lápiz, las primeras y libres pinceladas para los fondos... se me hacen las tantas y menos mal que me quedo acompañado por Gato Pu, que con el calorcito del foco duerme -ahora sí- como un angelito, digo como un diablillo (diapleron).






Pasan los días... no muchos porque siempre hay que correr para entregar las ilustraciones: colores de acuarela y acrílicos, mucho ocre amarillo y siena tostado, recortes aquí y allá, un viejo periódico, los dedos y la camiseta manchados... por fin se ven acabadas.

Es el momento de pedirle su opinión a la gata más sabia del mundo, doña Boletta. No está muy de acuerdo en que esta vez no aparezcan gatos en ninguno de los cuatro dibujos, pero le gusta mucho el pajarillo y la pajarita de papel, tanto que se relame. Después me pide que haga una bola de papel crujiente para jugar: eso significa que mis gatos están contentos con los resultados y que hay muchas otras cosas más interesantes a las que echar la zarpa.



Marcapáginas de un sabio



¡Mirad qué bigotes le ha dibujado Chema a este sabio, más largos que los nuestros! Es la ilustración de un marcapáginas que la Biblioteca de María de Huerva ha editado para la mini exposición de Ilustradores Aragoneses. Como es el mes de abril, y los dos años anteriores había dibujado el cartel del Día del Libro para San Jorge, se ve que se le ha escapado un dragón que disimuladamente se ha puesto a leer el libro.

Los dragones son tan sabios como los sabios de bigotes, porque son los seres más antiguos, tanto como los ancianos. ¡Qué sabios son algunos! El otro día un sabio como el del dibujo nos decía que era feliz porque se había pasado muchos años en un "por si acaso", y ahora había decidido sólo vivir "por que sí".

Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil


Como me gustan tanto los libros y los papeles (no os imagináis lo bien que se duerme encima de ellos), hoy voy a celebrar el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil (dos de abril: con el fin de conmemorar el nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen) y para eso le acabo de arañar de la carpeta este dibujo a Chema, que lo hizo para su sobrino cuando nació. Debajo voy a poner el cartel que la organización IBBY ha elegido para este año, de un ilustrador tailandés llamado Chakrabhand Posayakrit.
Y además me he entretenido en copiar aquí el texto que el ilustrador hizo para su cartel, en el que explica cómo leen los niños tailandeses. Y me voy a poner felinamente filosófica porque me gustaría que vieráis que el niño español del dibujo de Chema y el niño tailandés del dibujo de Chakrabhand, tienen una cosa en común: la esperanza en su propio futuro.
Este es el cartel:


Texto conmemorativo del Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil:

"La búsqueda del saber a través de la lectura debe recibir un trato prioritario y
debe ser fomentado desde la infancia.
En mi opinión, a los niños tailandeses, desde siempre, se les ha inculcado el deseo
de conocer a través de la lectura, y ésta se ha basado en una cultura y una
tradición. Los padres son sus primeros profesores, y los clérigos, sus principales
mentores. Ellos han guiado y educado a los más pequeños tanto intelectual como
mentalmente, tanto en asuntos mundanos como espirituales.
Así, para realizar este cuadro, yo encontré la inspiración en las ancestrales
tradiciones de Tailandia: contar cuentos a los niños para educarlos haciéndoles
leer inscripciones grabadas en hojas de palmera que luego se colocaban sobre
pequeñas mesas plegables diseñadas exclusivamente para leer sobre ellas.
Las historias escritas en hojas de palmera generalmente provienen del Budismo.
Hablan de la vida de Buda y de las historias de los jatakas, con la noble intención
de cultivar las mentes de los jóvenes y de infundirles fe, imaginación y sentido
de la moralidad"

Chakrabhand Posayakrit
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En Zaragoza, el cartel para las Bibliotecas lo ha diseñado con su personalísimo estilo Alberto Gamón, aquí en su blog podéis verlo y además aprender cómo lo ha hecho desde el boceto.
¡Miau, qué chulo el barco! (¿sabéis que cuenta una leyenda que los marineros japoneses llevaban a las gatas tricolores como yo en los barcos para protegerlos de las tormentas y los malos espíritus?)

Moisés encontró a Quinua

No estoy segura de si Quinua, la perrita perdida, encontró a Moisés, o fue él quien la encontró cuando buscaba a su propio perro por Barcelona. Pero el caso es que apareció y ya está con Viky, con Coty y con Diego. Le he pedido a Chema Lera un dibujo rápido de Quinua para celebrarlo.
Viky nos cuenta la historia:

Aunque muchos de vosotros ya lo sabéis, os comunico que ¡¡¡¡¡hemos encontrado a Quinua!!!!!!!!!!! Uf, qué gusto da escribirlo J

Un niño bueno que buscaba a su perro dio con ella, la cuidó y después la llevó al veterinario para que nos encontraran. Ayer recibimos la llamada mágica y después salimos corriendo a Barcelona a encontrarnos con ella.

Qué deciros, estamos felices. Es mucho el cariño que se les coge a estos pequeños seres ladradores. Y es mucho el agradecimiento que tenemos dentro hacia todos vosotros que, con vuestro cariño, apoyo y colaboración tanto nos habéis ayudado. Es una suerte teneros cerca y también es un regalo descubrir la cantidad de gente buena que habita en este mundo.

Gracias a todos y bueno, es probable que me vuelva a comunicar con vosotros para ver si entre todos podemos encontrar el perro de Moisés, el niño que cuidó de nuestra perrita mientras buscaba al suyo. Él es el gran héroe de este cuento.


¡Gracias, Moises!

Tenemos que encontrar a Quinua, perdida en Barcelona


Hace días que no maullaba por aquí, pero hoy es distinto. Es un caso urgente y por eso aviso a tod@s los gat@s de Barcelona y a todos sus human@s para que nos ayuden a encontrar a Quinua, una perrita amiga nuestra que se perdió el domingo pasado en Barcelona y que a lo mejor está ahora con algún human@ que la ha recogido. Diego sabe que la encontraremos. Pongo sus fotos y el mensaje de auxilio de sus human@s Viky y Coty. Por favor, maúllalo.

"Hola a todos:

Como sabéis tenemos una perrita, Quinua, a la que muchos de vosotros conoceis. Sabéis que la queremos mucho y os podréis imaginar lo que estamos pasando si os cuento que el domingo se nos perdió en Barcelona. Desde entonces no hemos parado de buscarla incansablemente por la ciudad sin encontrar rastro de ella. Ayer volvimos a casa y fue un palo regresar sin ella. La echamos de menos a cada segundo y solo esperamos volver a encontrarnos pronto con ella.
Os envio este correo por si podéis difundirlo por ahí, a quien conozcais, sobre todo en Barcelona y alrededores, para ver si entre todos podemos encontrarla.
Agradecemos muchísimo vuestra colaboración y esperamos poderos escribir pronto dandoos buenas noticias. Nos cuesta imaginar la vida sin ella.

Un abrazo y muchas gracias por la difusión de este mensaje,



Esta perrita se llama QUINUA, lleva un collar negro de cuero y otro verde anti-garrapatas. Lleva microchip. Comenzó a correr asustada en la plaza del Mar, en la playa San Sebastián, recorriendo la Barceloneta hasta la Torre Mafre, donde cambió de dirección hacia la calle Marina. La vieron corriendo como una loca por la calle Zamora, por lo que es posible que esté por estás zonas. Vive en Valencia pero la semana pasada estuvimos en Barcelona en un apartamento situado en la Plaza de la duda en el cruce de la Ronda de Sant Antoni Abad con la calle Riera Alta. Es muy probable que trate de volver allí por lo que también puede que esté por El Raval. Pesa unos siete kilos y mide unos 30 cm de altura. Si alguien sabe algo de ella, por favor, que nos avise a las siguientes señas: virginia@otrashierbas.com y cotyotero@hotmail.com.
Es muy asustadiza y no está acostumbrada al entorno de una gran ciudad por lo que probablemente no será fácil cogerla.
Esperamos que nos den pronto buenas noticias. La echamos muchísimo de menos.
Gracias por su atención.

Coty y Viky"