20 de marzo, Día sin carne

Ell@s son mis amig@s,
y yo no me como a mis amig@s

La luna llena de hoy


A veces se asoma la luna
por entre las nubes,
blanca y redonda como un beso,
traviesa como un duende.

Como un suspiro
va y viene.

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Esta es la luna llena de esta noche, la luna que parirá la primavera. L@s perr@s ladran y aúllan. L@s gat@s van de aquí para allá, inquietos, dan saltos inverosímiles, se encaraman a las tapias, maullan y parecen cantar.

Pintando

Hay que ir despertando ya a las flores...

Abrazos


Un abrazo para recibir,
para abarcar almas,
para acoger sentimientos.

Abrazos para acercar,
para decir adiós,
para renovar caminos.

Abrazos para los perr@s,
para los cuellos de los caballos y de los burr@s,
abrazos pequeños para los gat@s.

Un abrazo para tí,
para quien es igual a mí,
y también diferente.

Un abrazo es un lazo
que nunca ata.

Carta del perro desde la naturaleza


Queridas gatas y gatos de la casa en el aire:

Aún con el grato recuerdo del calor del hogar junto a vosotros, os quiero contar lo que me estoy encontrando estos días durante mis correrías por el monte.

Todo lo que me rodea parece estar a punto de cambiar, se siente alrededor una especie de tensión contenida, como si fueras a parpadear y, al abrir los ojos, te encontraras en un mundo diferente. Parece que el mundo está en un tris de despertarse. Esto sí que es el anuncio de un nuevo año, y no aquellos días oscuros y fríos en los que los humanos lo celebraron.

Ahora, todo a mi alrededor parece nuevo. Si miro hacia el cielo, atraído por un sonido que me pareció al principio el ladrido de un millón de perros, veo cientos de grullas graznando, surcan el cielo dibujando figuras con trazos cambiantes y negros.

¡Y qué contaros de los olores! Aquí y allí, en las márgenes de los caminos y en las colinas, me encuentro con la flor blanca de las almendreras, son como besos redondos, alegres, brillantes, radiantes y luminosos en el paisaje verde. Y en su entorno no puedo captar ningún otro olor, tan intenso es su aroma.

Junto al río que baja riéndose, los sauces empiezan a llorar sus lágrimas verdes. Pero son lágrimas de alegría, porque el sol vuelve a brillar intensamente.


Es la naturaleza, amigas y amigos, que canta, ladra y silba, al principio en voz bajita, pero cada vez más fuerte, y os puedo asegurar que casi siento bajo las patas cómo tiemblan las raíces con renovado afán de hacer crecer árboles y plantas. Os lo cuento a vosotros, queridas gatas y gatos, porque me temo que la mayor parte de los humanos no sabría de qué estamos hablando, de este tiempo que se renueva a sí mismo, como siempre, en el ciclo de la naturaleza; ¡qué lástima que ellos se lo pierdan dentro de los pisos, las oficinas y los centros comerciales, bajo las sombras de los edificios que ocultan hasta el cielo!

En fin, nosotros, a lo nuestro, que para eso somos animales no humanos.
Con mis mejores deseos, vuestro amigo

el perro.