Vivir en paz

Los gat@s, los perros y yo no celebramos la Navidad. Hace tiempo sabemos que los días y las noches no tienen nombre propio.

Porque a ver, ¿quién tiene derecho a bautizar un determinado día del año (Navidad), o una noche (Noche Buena, Noche Vieja), o una semana (Navidades, Semana Santa), o meses (Pascua, Ramadán), o incluso ¡un año entero! (Año Santo Compostelano)?

¿Quién está autorizado a imponernos cómo tenemos que vivir durante un tiempo de nuestra vida?

¿Quién está detrás de esta gran campaña publicitaria, hipócrita y consumista?

¿Quién cuenta con el permiso para partir el año en dos?

Pero, ¿de verdad creemos que alguien puede obligarnos a contemplar esas ridículas imágenes de papás noeles colgados,
... a talar cientos de abetos, malgastar kilos de papel de envoltorio y arrojar toneladas de basura extra, a oir canciones de letras insulsas, a aguantar la borrachera del pariente,
... a gastar en un mes el mismo dinero que alguien gana en todo un año
... o a consentir una matanza sin piedad de cientos de animales no humanos, muchos de ellos recién nacidos, para llenar las colmadas barrigas de la mitad de la humanidad mientras sonríe bobaliconamente delante de la televisión?

Nada, que nos negamos a celebrar cosas así.

Que nos dejen, de verdad, vivir en paz.

3 comentarios:

Noemi Risco Mateo dijo...

¡Hola, Chema!
A mí sí me gustan estas fiestas, el cambio de estación, celebrarlo con mi familia más allegada, por supuesto con Bombay y Merlín, y otros amigos. El árbol, que es artificial pero muy bonito, es un símbolo de la fuerza de la naturaleza en esta época. Para mí no significa una imposición ni un despilfarro, pues me conformo con pasar un buen rato entre seres queridos; pero lo mismo que en cualquier otro día, salvo que hay algunos que parecen un poco más especiales que los demás.
Seguro que también tienes algún momento así y si no es en Navidad, pues te deseo Feliz día que tú elijas (si pueden ser todos, mejor) :-)

Chema Lera dijo...

Muchas gracias, Noemí, por mandarme una felicitación que me vale para siempre, de eso se trata. Yo creo que lo que hay que vivir, "de verdad" es el día a día, el momento, cada instante, cada respiración, sea el día que sea. No esperar a estas fechas señaladas para celebrar la vida, la paz, la solidaridad, la esperanza.

Y yo soy muy alegre, ¿eh?, celebro muchas cosas, cosas tan sencillas como ver salir el sol cada amanecer, o ver caer las hojas en otoño -que también es un tiempo muy frío que permite meditar en el silencio de un bosque o un parque sin acudir a esos macrocentros comerciales- celebro ver una sonrisa en el abuelo al que acabas de escuchar su historia de la guerra, o el grito con babas de alegría de un pequeño malsentado en su silla de ruedas al que has hecho una caricia... celebro tener amig@s y gente querida con quien convertimos en especiales los días "cualquiera"...

No me gusta partir el año en dos. La vida es una sucesión de ciclos, la naturaleza vive porque se repite, y tan final de año es el 31 de enero, como el 24 de junio o como el 1 de mayo... es como decir que el día empieza a las 8 de la mañana, son convenciones, el día puede empezar a una hora o a otra, cuando volvemos a vislumbrar el sol allá donde estemos, o cuando dejemos de verlo, si pensamos que el ciclo diario se inicia en el ocaso... el año siempre es nuevo, porque nunca hay un instante igual a otro...

¡Que seas feliz cada instante, Noemí!
Te lo desea Gata Bru desde la buhardilla azul, y todos los gat@s que vamos por libre, incluso en Navidad ;)

Noemi Risco Mateo dijo...

Sí, yo por ejemplo no celebro el fin de año el 31 de diciembre, sino el 31 de octubre ;-)
Bonita reflexión.
Gracias por tu felicitación :-)
Noemí.