Los monstruos

En la soledad del estudio sé que otras presencias comparten mi espacio, aunque esto sea una paradoja. No hay nadie que yo pueda ver con mis ojos, salvo los gatos que van y vienen, duermen y juegan, rozan mis piernas o reclaman caricias saltando a mis brazos. Ell@s seguro que pueden verlos. Muchas veces los descubro mirando con atención entre los pliegues de la pesada cortina que cosió mi madre y que hace las veces de puerta. A veces me inquietan sus grandes ojos ámbar, dorados, verdes o azules, abiertos y redondos, cuando se quedan fijados, inmóviles, en un punto inconcreto de la amplia estancia, en la oscuridad que rodea al foco de luz del tablero de dibujo. No se asustan, los gatos. Son tan misteriosos como ellos, tan sabios.

Por eso sé que están ahí. Siempre están. Y, cuando quieren, se cuelan en las páginas de los libros que ilustro. En el Bestiario. En Dora soñadora, también.

9 comentarios:

Rocío González dijo...

Enigmáticos amigos los gatos, estupenda compañía, guerreros que nos resguardan del invisible. Tal vez ellos sepan que nosotros no podemos mirar esos espacios donde talvez algún monstruo nos vigila...

Cariños para los felinos y un beso para ti.

Ro

Viky dijo...

El mundo visible y el invisible hacen uno

La Gatera dijo...

Esos monstruos que sólo los gatos podemos ver escondidos entre los retales del pasado y del presente... ¡Ojos felinos que avisan de la presencia de seres misteriosos! Porque, aunque no podáis verlos, están ahí, siempre están ahí...

Saludetes monstruosos, querido Chema!

Rumbo, Noa y Elmo.

Mila dijo...

Claro que hay presencias. ¿No son los poetas los que las llaman "musas"?

Los humanos gustan de ponerle nombre a todo ¿verdad? Como si por hacer eso pudieran explicarse lo que no necesita explicación :)))

Interesante dibujo y preciosa foto. ¿Es Gata Ar la que se tapa los ojitos? Mi amigo Drizzy solía hacerlo cuando nos encendían la luz sin avisar.

*GataMi lamiéndose el pelo de la pata derecha, manchada de la tinta de ese libro que anda por la casa estos días, Siete veces gato*

PD Sí, Chema, he visto a Mila meter la nariz en los libros nuevos cuando llegan a casa, así que has acertado...

:chemalera: dijo...

Ro, o tal vez son ellos quienes enriquecen nuestros mundos con sus sueños, ¿no crees? Pero me gusta verlo como guerreros, buena comparación. Un cariñoso saludo.

Viky¡Qué alegría volver a "verte" por aquí! Breve frase para profunda verdad.

Rumbo, Noa , Elmo ¡qué poetas estáis hechos! Gatos vigías para los human@s sensibles, ¡claro que sí!

Mila tú sabes mejor que nadie que cuando existe una palabra, existe de alguna manera la realidad que nombra, ¿verdad? (por cierto, que tengo ciertas preguntas sobre palabras de la Rueda del Tiempo...) Gracias a Gata Mí por ser la espía de escenas bibliofilas tan entrañables... y sobre tu duda, con Gato Pu está el pequeño Gato Yu, casi un recién llegado... Otro rato pongo foto de Gata Ar, es que como es tan calladita y tan suya...

Luisacov dijo...

Mi madre tenía, en una caja de cristal, un arbol hecho de corcho que guardaba, a su pie y entre sus ramas, diminutas casitas chinas y pequeñas garzas. Yo y mi hermana, siempre le henos contado a mis sobrinos cuando eran pequeños que dentro de una de esas casitas habitaba un pequeño nomo pero que no lo podían ver porque era muy asustadizo y cuando veía humanos se escondia o se hacia invisible. Así que cada vez que llegaban a casa iban de puntillas a la sala de estar para ver si lo pillaban desprevenido. Después iba yo y le preguntaba, ¿Habeis visto al nomo? y mi sobrina de tres años me decía que si, que lo había visto un segundo y que después había desaparecido. Quizá ella si hubiese visto al pequeño nomo juguetón merodear por allí. Ese mismo nomo que nos cambia las cosas de sitio para, desde su escondite, ver nuestra reacción y reirse con nuestra cara de sorpresa y desesperación al no encontrar lo que nos ha escondido. Luisa

:chemalera: dijo...

Sí, Luisa, qué bonita historia! Es que los duendes tienen una gran facilidad para dejarse ver sólo por quienes quieren...

Lamia dijo...

Mi querido Chema, por un momento he llegado a creer que Simba había logrado llegar a esa casa que tienes en el aire. Y, con sus hermanos, dormía plácidamente sus travesuras.

Chema Lera dijo...

Simba es todos los gatos, cada gato es todos los gatos...