La gatita que trepó hasta la luna
Este es un homenaje felino a todos los gatitos y gatitas adoptadas, como mi hermana pequeña, la Gata Ar. Vino hace un año poco más o menos, la encontramos por un anuncio de internet. Llegó y se encontró con que en esta casa ya vivíamos otros gatos, así que tuvo que esforzarse por hallar y crear su pequeño mundo, un mundo cálido y seguro, como nos gusta, un mundo que pudiera tener varias gateras de entrada y salida hacia el otro mundo exterior. Y lo ha conseguido, aunque le ha costado.
Yo me imagino a esos niños y esas niñas que vienen desde muy lejos y se encuentran con colegios, calles y barrios ya habitados por otros niños de aquí. También ellos tendrán que hacerse un hueco, un lugar propio. ¿Sabéis cómo lo consiguió la gatita? Con tiempo y paciencia porque el gato sabe esperar. Con dosis extra de cariño y simpatía hacia los humanos y los otros gatos, porque el gato sabe ganarse a quien quiere. Con inteligencia para saber dónde y cuándo tenía que estar, porque ¡anda que no somos listos los gatos! Y sobre todo, llegando hasta donde quería, cumpliendo sus sueños. Una vez, incluso trepó hasta la luna, y menos mal que los niños pudieron rescatarla de ahí... pero esto es ya otra historia.
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Esta ilustración de Chema, que pertenece al cuento de Dora soñadora, está en la exposición del Salón del Libro Infantil y Juvenil, en Madrid.