En una apacible tarde lluviosa, la de ayer, hablábamos sobre libros. Sí, a las gatas (y a los gatos) nos apasiona la lectura. Posiblemente nunca hayáis visto a un gato leer, pero eso no es nada raro. Las gatas y gatos somos especialistas en vivir una doble vida: una , la vida que mostramos a los human@s y a otros animales no humanos, y dos, esa otra misteriosa vida en la que nos movemos subrepticiamente, ocultos a todos los ojos que no sean felinos. ¿Acaso alguna vez nos véis cuando viajamos con las bruxas? ¿O cuando nos dejamos acariciar por los fantasmas que viven con vosotros, sin que seáis capaces siquiera de adivinarlos? Pues para nosotr@s, hallar rincones ocultos para dedicarnos a leer es algo muy sencillo. ¿No os habéis dado cuenta de cómo a los gat@s nos atrae la calidez de las cubiertas de los libros? Mirad aquí a Fadagris, acomodada en las estanterías, por ejemplo.
Acabamos de leer "El Nombre del Viento", otro día os contaré algo más de este libro tan interesante. Es uno de las muchas historias protagonizadas por seres humanos versados en la magia, en la sabiduría oculta. Por alguna razón, nos atraen los magos como personajes: quizá porque ellos son capaces de convertir en realidad lo que sólo existe en la imaginación, quizá porque proyectamos en ellos ese deseo...
Pero, queridos amigos felinos y humanos, el verdadero mago es el lector, la lectora. El poder del mago lector le lleva a atravesar los límites de la realidad, va más allá del papel. El mago lector atrapa a los personajes fantásticos y los dota de realidad en el mundo de su mente. El mago lector vive otras vidas, se convierte en los personajes leídos, sueña sus sueños y sufre sus mismos sufrimientos. He aquí el poder de la lectura, tan grande como la mayor de las magias.